sábado, 31 de mayo de 2008

La Web social o el café

Hace unos días, Fernando Juárez, que es un bibliotecario muy famoso en este mundillo, por sacar partido estupendamente a la Web Social en la biblioteca de su pueblo Muskiz , decía más o menos, que antes de lanzarse a hacer un wiki, es necesario tomarse muchos cafés con los colegas . Tomarse un café en el sentido amplio significa charlar sobre lo divino, pero también sobre lo humano; hablar de las limitaciones del presente que sólo nos contamos cara a cara.

Siguiendo el comentario de Fernando, un blog sería algo así como una Web social ilustrada: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. El autor del blog tiene todo bajo su control, incluso puede decidir o no si hay comentarios. Muchas veces le vasta con dejar oír su voz, y saber que de vez en cuando es leído por alguien.
Pero para que funcione el lado social del blog y las entradas generen un diálogo fluido de comentarios, también son necesarios muchos cafés, a no ser que se trate de un blog que tenga continuidad en la vida “real” (blogs de periódicos, programas de TV, autores consagrados...)

¿Tendría algún lector este blog, si no estuviera vinculado a una institución? Salgamos a disfrutar de la primavera, de los amigos, y del buen café real. Y si se presenta alguno virtual, pues bienvenido.


jueves, 29 de mayo de 2008

El pistoletazo en el concierto

¿De qué tratan hoy las novelas? Intentan reflejar un paisaje verosímil de la sociedad. Nadie desearía encontrar en una novela una historia tan prosaica como su propia vida, pero tampoco nos gustan las historias poco creíbles.

Si el mundo que refleja la novela pretende parecerse al nuestro, si nos habla de seres humanos como nosotros, exigimos cierta coherencia, o de lo contrario tendremos la impresión de que el autor nos está estafando un poco.

Para Belén Gopegui, el concierto es el escenario de lo verosímil en el que se desarrolla la novela: ese “vaivén del entusiasmo y el decaimiento, la vergüenza, los sentimientos de culpa, las reservas, la atracción, los intentos de ruptura, las indecisiones, las concesiones simuladas, los escrúpulos recurrentes...”

La imagen del pistoletazo está tomada de Stendhal, de su novela Rojo y Negro, y Gopegui hace de ella la siguiente interpretación: “escribir acerca de individuos que pretenden instaurar un nuevo sistema sin tratarles de totalitarios, enfermos, ingenuos, etc. es como un pistoletazo en un concierto”.

El capitalismo extiende su sombra por las manifestaciones culturales. En las creaciones de ficción puede haber conciencia crítica, pero la militancia y el compromiso sincero de un personaje de algo que choca y desentona por increíble.

¿Por qué conformarse con unos límites, que mutilan la representación de la verdadera experiencia?

Un pistoletazo en medio de un concierto. Acerca de escribir de política en una novela / Belén Gopegui

martes, 27 de mayo de 2008

Cuestión de visibilidad

Hoy he asistido a un seminario titulado: El conocimiento del futuro: el papel de las bibliotecas. Representantes de la empresa doc6, y del consorcio de bibliotecas OCLC, nos han hablado de la situación de las bibliotecas en la sociedad de la información, y de las soluciones que ellos proponen.

El punto de partida es el que ya intuíamos: según el informe Perceptions of Libraries and Information Resources , elaborado por OCLC, mientras que el 84% de los usuarios acude a los buscadores cuando necesitan información, sólo un 1% lo hace a la página de una biblioteca.

La solución que propone OCLC es Worldcat, ese catálogo universal con el que soñaran los bibliotecarios más visionarios.

Supuestamente, si buscamos el título de un libro en Google, su referencia en Worldcat debería estar entre los primeros resultados. Desde allí escogeríamos entre las bibliotecas que lo tienen la que esté más cerca de nuestra casa, y o bien nos daríamos un paseo para consultarlo, o lo pediríamos por préstamo interbibliotecario.

Hagamos la prueba. Tengo sobre la mesa un libro editado el año pasado: Security and defence policy in the European Union.
Encuentro un enlace a Amazon, otro a la editorial, otro a Wikipedia, una base de datos comercial…

Además, en el informe citado se habla de información, no de libros. ¿Y si sólo quisiéramos saber algo sobre la política de defensa de la Unión Europea, si no fuéramos buscando un libro determinado?

Worldcat es un proyecto muy valioso y de gran interés, pero parece que seguimos hablando de cosas distintas.

domingo, 25 de mayo de 2008


Sí, tú eras el personaje del año premiado por la revista Time en 2006, porque controlas la sociedad de la información, como reza la portada.

La sociedad de la información te permite salir del anonimato para convertirte en creador de contenidos. Las reflexiones que antes guardabas en un cajón, las fotografías de tus vacaciones, un vídeo sobre algo que te llamó la atención, lo puedes ahora publicar en un blog, en Flickr, o en Youtube. El universo de tus preferencias en la red puedes compartirlo desde Netvibes. Y en el colmo del voyeurismo, Friendfeed permite que otros se suscriban al flujo de tus movimientos por la red, que espíen tus estrategias, y entren en los pliegues de su razonamiento.

Pero ¿Porqué Time te premia a ti, y no a la primera persona del singular, que es en realidad la que va a hacer todo eso?

Se me ocurren varias razones: la primera, que está mal visto hablar de uno mismo. Somos seres sociales, y el egoísmo tiene mala prensa. En segundo lugar, porque tampoco sería cierto. Se trata de alguien que nos permite hablar de nosotros, seguramente porque ha descubierto con ello la piedra filosofal del consumo. Y en tercer lugar, porque nadie va a contar nunca todo sobre sí mismo en Internet. Y aquí tomo prestada una cita de Nietszche, que reproduce Pablo Nacach en su libro: Máscaras sociales, las relaciones personales en el mundo actual:
Todo lo que es profundo ama la máscara”:

Lo que el incomprendido filósofo alemán pedía a gritos antes de enloquecer era el derecho a la propiedad privada espiritual, a una máscara que oficiara de fortaleza secreta donde preservar la intimidad auténtica, con el objetivo de que las relaciones personales, basadas en la justa medida entre la cercanía y la distancia psíquica y corporal no perdieran definitivamente su encanto”.

Tú eres el espejo necesario, el límite del abismo de la subjetividad, y para llegar a ti, yo intento gustarte, y que me comprendas.

jueves, 22 de mayo de 2008

Los bárbaros II

Acababa de devolver a la biblioteca el libro de Baricco cuando, repasando los últimos artículos de la revista digital Dosdoce, encontré uno que me interesó especialmente, titulado: Innovación en el fomento de la lectura de Javier Celaya.
Después de participar en unas Jornadas sobre Fomento a la Lectura y medios de comunicación, el autor reflexiona sobre las implicaciones que en el futuro del libro genera el desafío de Internet.
De momento las cifras son buenas, la lectura es un valor en alza, pero la industria editorial ha de tener en cuenta los nuevos canales para promocionarse.

Si los potenciales lectores utilizan las redes sociales de Internet, esos medios deberían también utilizarse para promocionar la lectura:
“¿Por qué los bibliotecarios escolares no ayudan a los chavales a crear un vídeo con los personajes de un libro con los que se puedan identificar y de esta manera atraer su atención? ¿Por qué los editores no graban el primer capítulo de sus libros en un archivo MP3 para que puedan descargárselo en la Red y compartirlo con sus colegas? ¿Por qué los libreros no fomentan las conversaciones sobre libros en blogs y redes sociales?”

Y ahora volvamos a Baricco: parece que a los bárbaros les gustan los libros, pero los entienden como receptores de energía, como fragmentos de experiencias más amplias, que no empiezan ni terminan con la lectura.

Si dentro de un libro estuviera el mundo entero, pero de forma inmóvil, sin posible comunicación con el exterior, éste sería un libro inútil. Sus instrucciones de uso deben estar en lugares que no sean únicamente libros: televisión, cine, publicidad, música, periodismo. Han de ser fragmentos de una secuencia más amplia generada en otros lugares. “El libro en sí mismo no es un valor: el valor es la secuencia”

miércoles, 21 de mayo de 2008

Los Bárbaros


Entre las nuevas adquisiciones de la biblioteca, encontré un libro que me llamó la atención: Los Bárbaros de Alessandro Baricco.

La sociedad humana ha sufrido una mutación: los pulmones han sido sustituidos por branquias, y en lugar de aire buscamos el agua como nuestro medio preferido. Pero más que peces, por la descripción que nos hace de la nueva especie, parece que nos hablara de esos pequeños insectos que recorren la superficie de estanques y piscinas sin a penas mojarse.

La mutación se lleva a cabo ante los ojos perplejos de la cultura burguesa: gran imagen la de Walter Benjamin, tratando de entender el éxito de Mickey Mouse: “Toda la gran maquinaria de la reflexión marxista inclinándose sobre la última chorrada americana, en el sublime intento de tratar de entender su éxito, algo parecido a un elefante que tratara de colarse por el agujero del lavabo”.

Y siguiendo con Benjamin, para él la experiencia era la capacidad de acercarse a las cosas, de intimar con ellas gracias al estudio, al esfuerzo, o a veces a la magia de un instante, a una intuición que lo llenaba todo de sentido. El mundo de los bárbaros es totalmente diferente.

Google nos da la idea de los movimientos del pez-mutante: trayectorias de enlaces que corren por la superficie. El movimiento veloz, que al pasar entre puntos distintos va trazando un dibujo. Adquirir una experiencia es pasar por uno de los puntos el tiempo necesario para obtener el impulso suficiente para acabar en otro. Si el mutante se detuviera en un punto, la trayectoria se fragmentaría y rompería el dibujo. El dibujo es el sentido, o es veloz, o no es nada.

Google es para Baricco, el campamento de los bárbaros, pues refleja su manera de pensar. Utilizando el modelo de los trabajos científicos, Page y Brin, creadores de Google utilizaron el modelo de las citas. La idea es que las trayectorias sugeridas por millones de links irían trazando los caminos del saber.

El valor de un dato, de una idea ya no estaría relacionado con sus características internas, sino con su historia, y su capacidad de llevarnos a otros. El saber importante es el que se puede relacionar con otros. Conocer es surcar rápidamente por el saber humano, reconstruir trayectorias, navegar o surfear por una red de puntos. Superficie en vez de profundidad, viajes en lugar de inmersiones:

“¿Sabéis de donde procede nuestro querido término buscar? Pues lleva en la panza el término griego kírkos, círculo: pensábamos en alguien que sigue dando vueltas en círculos porque ha perdido algo y quiere encontrarlo. Con la cabeza agachada, mirando una porción de suelo bajo sus pies que se hunde poco a poco. ¡Qué mutación, muchachos!”

sábado, 17 de mayo de 2008

Kaizen 改善



Kaizen es una palabra japonesa que significa mejora continua o cambio a mejor. Se utiliza sobre todo en el contexto de la búsqueda de calidad en la empresa, y se asocia al modelo de producción que utiliza Toyota en el proceso de fabricación de sus vehículos.

Ningún día debe pasar sin introducir una cierta mejora, y éstas han de ser progresivas. Los cambios repentinos asustan, mientras que la repetición y la rutina nos dan seguridad.
Para librarnos del círculo vicioso la filosofía Kaizen propone una medicina que se toma a pequeños sorbos, para que el estómago la tolere, y se nos olvide el pavor a lo desconocido.

Lo importante es mantener una actitud siempre insatisfecha, una ventana abierta en la conciencia que continuamente nos diga que hay algo que mejorar, algo nuevo que aprender.
Dicho así puede parecer de perogrullo, pero si miramos a nuestro alrededor, vemos que la idea no es tan simple.

Somos funcionarios, y trabajamos en una biblioteca universitaria. Nuestro trabajo es repetitivo: compramos libros, catalogamos libros, colocamos libros, prestamos libros, colocamos libros...Es algo que se ha venido haciendo casi desde que el mundo es mundo. ¿Por qué cambiar?, sigue habiendo libros, seguimos comprando libros, ¿no es así?

Tenemos un puesto de trabajo fijo del que en principio nadie nos va a mover. Siempre hay apocalípticos, pero esos cambios no nos afectarán, no a nuestra generación.

Nada mejor que una cucharadita diaria de cultura kaizen para ponerse las pilas sin que se note. Recomiendo para empezar, dedicar el día a observar el comportamiento de nuestros usuarios. ¿Qué es lo primero que hace alguien, incluidos bibliotecarios, cuando quiere saber algo sobre un tema?
Mucho me temo que no es buscar en el catálogo Cisne. Mañana la siguiente dosis...

viernes, 16 de mayo de 2008

Los versos más tristes

Por Tiburcio Samsa

Neruda dijo que podía escribir los versos más tristes esta noche y compuso un poema bellísimo, pero no es el más triste de los poemas. Perder un amor es doloroso, es com o que te amputen una pierna. Piensas que no podrás vivir sin ella. Pero puedes. Pasan veinte años, te has puesto una prótesis y hasta has ganado el maratón. Has seguido viviendo.

Los versos más tristes los escribió Benedetti. Son los versos del que constata que su vida se le ha escapado. Que alcanzó el horizonte que esperaba y detrás de ese horizonte no hay nada.

El cielo de veras que no es éste de ahora
el cielo de cuando me jubile
durará todo el día
todo el día caerá
como lluvia de sol sobre mi calva.

(…)

Claro estaré en la orilla del mundo contemplando
desfiles para niños y pensionistas
aviones
eclipses
y regatas
y me pondré sombrero para mirar a la luna
nadie pedirá informes ni balances ni cifras
y sólo tendré horario para morirme
pero el cielo de veras que no es éste de ahora
ese cielo de cuando me jubile
habrá llegado demasiado tarde.

Comparado con el dolor sordo y miserable de Beneddetti, el dolor de Neruda es romántico y heroico y mil veces más soportable. Lo genial del poema de Benedetti es cómo el último verso lo cambia todo. Lo que parecía una anticipación jubilosa se convierte en el reconocimiento de que la vida pasó grismente y no habrá un cielo azul que compense los años no vividos.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Algunos libros nuevos



Los bárbaros : ensayo sobre la mutación / Alessandro Baricco ; traducción de Xavier González Rovira
Google es, más que un avance tecnológico, el reflejo de la forma de entender la cultura de los "bárbaros", como navegación rápida por la superficie y búsqueda de la espectacularidad. Frente a ellos, el alma burguesa, aboga por una cultura del esfuerzo que choca contra sus experiencias veloces. Los bárbaros son en realidad una mutación en el proceso de desarrollo de nuestra sociedad.




Hoy la persona despliega su multifuncionalidad, con la petulancia del pavo real que necesita reconocimiento. Este libro analiza amor, sexo, amistad, familia, relaciones políticas y sociales, para comprender ese exquisito "Tú", personaje del año, según la revista Time.


La fábrica de porcelana : Una nueva gramática de la política / Antonio Negri ; Traducción de Susana Lauro
La crisis del socialismo arrastró con ella todas las demás categorías políticas.La esperanza y la voluntad de transformar el mundo aparecen hoy bajo figuras nuevas. Los cambios en la organización del trabajo, y las nuevas configuraciones de los modos de gobernar, tienen mucho que ver con esta transformación



Movimiento Cinturón Verde : compartiendo propuestas y experiencia / Wangari Maathai
El movimiento Cinturón Verde, fundado por Wangari Maathai en Kenia, en 1977, ha permitido a mucha gente plantar árboles en sus regiones, proporcionándoles comida y madera, y frenando la erosión y la desertificación. Pero es además un movimiento por la democracia representativa, que consiguió que se celebraran en Kenia las primeras elecciones democráticas.

lunes, 12 de mayo de 2008

Biblioteca educadora

Si desde que nacemos no paramos de recibir información, ni de encontrar cosas nuevas para aprender, ahora que las nuevas tecnologías nos permiten comunicarnos mejor, y acceder libremente a una información antes inaccesible, el título que más nos interesa conseguir es el de eterno aprendiz.

¿Y dónde podemos aprender a buscar lo que nos interesa en un mundo que cada vez nos ofrece más y más?.

Se ofrecen sherpas-bibliotecarios, con siglos de experiencia en organizar el saber, para ayudar a ascender cumbres desconocidas.

Os invito a dar una vuelta por Alfinbuc, el nuevo espacio que la Biblioteca Complutense dedica a la formación en información.

jueves, 8 de mayo de 2008

La soledad sonora

Una vez conseguido el ansiado botín del libro, uno puede elegir entre devorarlo en el silencio de su casa, bien instalado en el cómodo sillón, saboreando a sorbitos una taza humeante de té. O bien, disfrutar de la lectura en la soledad sonora de la biblioteca.

Leer precisa concentración, de acuerdo, pero a veces el silencio del cuarto vacío pesa como una losa. Los otros lectores nos acompañan, y no podemos evitar con el rabillo del ojo, espiar sus movimientos, sus lecturas; inventar historias para el desconocido de enfrente.

La vida se impone más allá de los libros, como ningún poeta pudiera igualar nunca la magia de la primavera.
En palabras de Antonio Muñoz Molina, sólo en la biblioteca disfrutamos del equilibrio perfecto entre el ensimismamiento y la compañía, entre la quietud necesaria para la lectura y la grata conciencia de la vida real que sigue sucediendo a nuestro alrededor

miércoles, 7 de mayo de 2008

...Y esto es lo que hemos hecho

Hace algún tiempo hablamos de unos cursos de formación para profesores y personal investigador, que estábamos preparando junto con otras bibliotecas del Campus. La experiencia tuvo lugar el pasado mes de abril y el resultado fue bastante bueno. La gente salió contenta, y nosotros también.

Personalmente, me resultó muy gratificante dejar por unos días mi despacho para compartir tareas con los compañeros de Económicas. Está muy bien salir del terruño de vez en cuando, para poner en común recursos y energía. Me apunto a la próxima.
Os paso el documento que elaboramos para el curso:

domingo, 4 de mayo de 2008

Árboles

Vuelvo a cambiar la imagen de entrada del blog. Del viejo Sísifo, lúgubre y siempre ocupado, pasamos al magnolio de Cernuda, aquel que florece en soledad y sin testigos, consumido en su propio ardor (Ocnos).

Pero esto no es Sevilla; aquí no hay carnosos y sensuales magnolios, sino frescos y risueños álamos temblones, que ahora lucen brillantes hojas nuevas de un verde tierno. Muy pronto sus entrañables pelusillas lo llenarán todo, como nieve algodonosa de principios de verano.

El Campus de Somosaguas está muy cerca de la Casa de Campo. Antiguamente ésta se unía con el monte del Pardo, pero con la expansión de las zonas residenciales de Madrid la antigua vegetación se perdió. El Ayuntamiento de Pozuelo ha reforestado una finca de 1.500.000 m2, situada enfrente del campus, con especies autóctonas. La mejora del entorno ha atraído también a ardillas, liebres, perdices....

jueves, 1 de mayo de 2008

Las puertas del campo



Una biblioteca es un espacio reducido, y los bibliotecarios seguimos trabajando principalmente con información en soportes tradicionales, que ocupan un lugar y cuestan dinero. Los recursos son limitados, y esto supone que el mundo mundial no quepa en la biblioteca. La realidad es compleja, variada y multiforme, y aunque sólo sea por razones prácticas, debemos seleccionarla.

A esto se une que estemos en una biblioteca universitaria; nos debemos a la institución y a sus fines docentes y científicos. Pero, además de gestionar la bibliografía necesaria para la actividad universitaria, se suele dejar en manos del bibliotecario la tarea de mantener al día una colección básica sobre la materia. Debe velar también por que la colección sea coherente, que no crezca demasiado en unos temas en detrimento de otros, y en suma, mantener un legado que vaya pasando a generaciones futuras, que refleje el desarrollo de la disciplina, y permita el estudio histórico de ésta.

A todo esto añadimos, que la biblioteca universitaria es, como la institución a la que sirve, un servicio público, inserto en una comunidad que excede el ámbito académico.

La tarea del bibliotecario no es baladí. La comunidad a la que sirve debería reconocer su valor, pero también exigirle, como a cualquier otro profesional, unas normas de conducta y las aptitudes adecuadas para llevar a cabo su tarea.

En algunas disciplinas casi cualquier tema puede ser objeto de estudio, y a veces es muy difícil separar el heno de la paja; lo que es un tema pasajero de lo relevante.

Respecto a creencias, valores y tendencias políticas la cuestión se complica aún más. Habría que ofrecer una visión plural de la sociedad, y por supuesto dejar a un lado nuestras inclinaciones personales.

Incluir en una colección obras que atenten contra los derechos humanos, o los valores básicos de la convivencia, sólo debería ser lícito si se van a usar como objeto de estudio, pero no tendrían que adquirirse de forma indiscriminada, ni exhibirse demasiado.

No se trata de volver a la censura, ni de crear “infiernos”, y para evitar polémicas en las que se pudiera caer en casos dudosos, no vendría nada mal contar con un código ético de la profesión, y sobre todo, valorar en los procesos de selección de personal una aptitud tolerante, adecuada para dar servicio a una sociedad democrática como la nuestra.