domingo, 31 de agosto de 2008

Concurso

Por tercer año consecutivo, la Facultad de Derecho de Albacete convoca su concurso de haikus, ¿Se anima alguien a participar?


Bases del III Concurso


viernes, 29 de agosto de 2008

Pensar el mal

Nos gustaría interpretar nuestra vida como si fuera un texto escrito: saber si aquello que nos pasó sirvió de algo, o si el destino agazapado nos depara sorpresas: “serán ceniza más tendrá sentido”; somos mortales sí, pero no en vano.

Para un creyente la respuesta es sencilla: su fe le hace confiar en que Dios omnipotente y misericordioso en la otra vida premiará a los buenos, y castigará a los malos.

Para el no creyente la cosa se complica. Cuando intentamos buscar las causas objetivas al mal en el mundo, corremos el peligro de alejarnos de la experiencia de lo doloroso y de llevar a cabo, en palabras de Voltaire, “un ejercicio no sólo inútil, sino cruel”.

La idea de que el progreso económico o científico, o la seguridad del Estado, son buenos en sí mismos, sin importar los sufrimientos que ocasionan, es “un auténtico insulto a los dolores de nuestra vida”, y una razón así “se aleja demasiado de lo humano”.

En un mundo irracional éticamente hablando, ¿qué podemos hacer? Asumir la responsabilidad que nos toque, e intentar que las cosas funcionen mejor aquí en la tierra.

Occidente: razón y mal / Celia Amorós Puente...[ et al.] ; edición a acargo de Javier Muguerza y Yolanda Ruano

miércoles, 27 de agosto de 2008

Libros electrónicos y bibliotecas II

En el diario El Mundo hace algunas semanas aparecía la siguiente noticia: Las bibliotecas entran en la era iPod y la descarga “online” para captar lectores. En Phoenix (EE UU) varias bibliotecas se han asociado para crear una biblioteca digital de 50.000 títulos. Con el carnet de la biblioteca se pueden elegir, a través de la Web de ésta, los títulos que interesan, añadirlos a una cesta virtual, y pulsar al botón de descarga.
Como Amazon, pero sin pagar un céntimo. La biblioteca ha establecido acuerdos con importantes editoriales, para que lo seleccionado permanezca en el ordenador del usuario durante dos o tres semanas.
La idea es atractiva, pero ¿Cuánto nos falta para alcanzar la experiencia de Phoenix?

En primer lugar, sigue habiendo lectores que se resisten a leer en un libro en formato electrónico. Leer un texto largo en el ordenador es incómodo, y los dispositivos portátiles de lectura no acaban de despegar. Muchos reconocen que el éxito de las revistas electrónicas reside en que los artículos no son demasiado largos y se imprimen antes de ser leídos.

Sería posible diseñar un dispositivo portátil y cómodo, que nos hiciera olvidar el ergonómico libro en papel, pero como dice Jose Antonio Millán, parece que la demanda es aún escasa para convencer a la industria a lanzarse a fabricar el dispositivo ideal.

Por otra parte, el tipo de licencia que este tipo de libros requiere, hace necesario adquirirlos por suscripción, bien directamente a los editores, o a través de agregadores que ofrecen libros de varias editoriales en paquetes.
Las bibliotecas aún realizan la compra de libros en sentido tradicional, título a título. Sería deseable poder alcanzar un término medio, que permitiera configurar los paquetes de las suscripciones en función de las necesidades.

Además, el mercado de los e-books está mayoritariamente en inglés. Como apunta Lluís Anglada, las bibliotecas deben apoyar la edición, y editar ellas mismas en formato digital la documentación en otras lenguas.
A las editoriales españolas que se han lanzado a la edición digital, les animamos a seguir el ejemplo de la Editorial Complutense, que permite consultar sus libros digitales a través del agregador E-libro.

Os invitamos a leer el último número de la Revista El Profesional de la Información, dedicado al libro electrónico.

viernes, 22 de agosto de 2008

Libros acuáticos

Los libros acuáticos son la novedad de este verano. Sus páginas llevan una película impermeable que impide que el agua los afecte. Son ideales para playa, piscina o bañera. Ni se os ocurra hacerle eso al Kindle de Amazon:


miércoles, 20 de agosto de 2008

Slow


Hay personas a las que el tiempo siempre les falta, otras en cambio se agobian bajo su peso, como una losa hecha de tiempo vacío. Según seamos más capaces de organizar nuestra vida, aparecerá de forma inevitable la sensación de tiempo acelerado.

Pero como reza un proverbio indio: “Cuando Dios hizo el tiempo, lo hizo en abundancia”. ¿Quién no ha pensado alguna vez, “tanto correr para esto”?

Desde la antigüedad el hombre se ha revelado contra la dictadura de la medida del tiempo. Así leemos en una comedia de Plauto:

"¡Los dioses confundan al primer hombre que descubrió
la manera de distinguir las horas, y confundan también
a quien en este lugar colocó un reloj de sol
para cortar y destrozar tan horriblemente mis días
en fragmentos pequeños!"

En nuestros días el movimiento Slow pretende encontrar el equilibrio, dar con la velocidad adecuada en todos los ámbitos de la existencia: la comida, las ciudades, la medicina, la educación, el sexo... Cuando todo se acelera demasiado hay que pagar un alto precio en el medio ambiente y la salud.
Cuando las cosas suceden con rapidez nadie puede estar seguro de nada...ni siquiera de sí mismo
Aunque nos pese, el tiempo es finito y siempre habrá un tren al que no podamos subir, ¿para qué apresurarse?


domingo, 17 de agosto de 2008

Tiempos hipermodernos


Un flujo de situaciones, promesas, nostalgias revividas, objetos y estilos nuevos, nos seducen en el gran hipermercado de la realidad, y nos mantienen en un estado de cambio constante, buscado con ahínco para sentirnos vivos.

Nuestra máquina se parará algún día, es absurdo pensar en un movimiento infinito. No lo veremos todo, ni lo sabremos todo ¿pero a quién le preocupa eso? El hiperconsumo es una fuente continua de juventud. No es un presente perpetuo, sino del deseo de renovación constante de uno mismo y de la realidad. El pasado interesa, pero nunca repetido, fosilizado, no sentido. Las tradiciones ya no invitan a su repetición ritual, se venden como objeto nostálgico, avaladas por un valor pretérito, ya no compartido.

La hipermodernidad es integradora: recicla tradiciones, integra vivencias y culturas; todo lo necesario para conseguir la ductilidad necesaria para adaptarse al cambio continuo.

Afortunadamente, según Lipovestky, nuestro patrimonio ético-político se mantiene, y perduran mecanismos de seguridad axiológicos, que impiden una interpretación radical del nihilismo hipermoderno. Sin embargo, es difícil evitar la sensación de no poder nunca escapar de Matrix

Los tiempos hipermodernos / Gilles Lipovetsky y Sébastien Charles ; traducción de Antonio-Prometeo Moya

viernes, 15 de agosto de 2008

Viaje al final de la noche

Tiburcio Samsa nos envía esta colaboración sobre Viaje al final de la noche de Louis-Ferdinad Céline.

Empezaré con una opinión controvertida: la estructura narrativa de "Viaje al final de la noche", la obra cumbre de Louis-Ferdinand Céline, me parece defectuosa. Tras la primera mitad del libro hubo momentos en los que casi se me cayó de las manos. Lo que me contuvo fue el lenguaje del autor y las reflexiones tan lúcidas como crueles que hace sobre la condición humana. He entresacado algunas de ellas:

"Mientras no mata, el militar es un niño. Se le distrae con facilidad. No estando acostumbrado a pensar, en cuanto se le habla se ve forzado a realizar esfuerzos abrumadores para intentar entenderte."

"Durante la juventud, a las indiferencias más áridas, a los desprecios más cínicos, se llega a encontrarles excusas de caprichos pasionales y después no sé qué señales de un romanticismo inexperto. Pero más tarde, cuando la vida te ha mostrado todo lo que puede requerir de cautela, de crueldad, de malicia simplemente para ser mantenida a 37 grados, te das cuenta, estás bien situado, para comprender todas las canalladas que contiene un pasado…"

"Dado que no somos más que receptáculos de tripas tibias y mal podridas siempre tendremos problemas con los sentimientos (…) La basura no trata de perdurar ni de crecer. En eso somos mucho más desgraciados que la mierda, este encarnizamiento por perseverar en nuestro estado constituye una tortura increíble.
Decididamente no adoramos nada más divino que nuestro olor. Toda nuestra desgracia viene de que tenemos que seguir siendo Jean, Pierre o Gaston a toda costa, durante años. Nuestro cuerpo, compuesto por moléculas agitadas y banales, se revuelve todo el tiempo contra esta farsa atroz de perdurar. Nuestras moléculas quieren ir a perderse lo más rápido posible en el universo, las pobrecitas. Sufren por ser solamente "nosotros", cornudos del infinito…"

"La gran fatiga de la existencia no es tal vez, en resumen, más que este esfuerzo tremendo por permanecer veinte, cuarenta años, más, razonable, por no ser uno mismo simple, profundamente, es decir, inmundo, atroz, absurdo. La pesadilla de tener que presentar siempre como una especie de pequeño ideal universal, superhombre de la mañana a la noche, el infrahombre claudicante que se nos ha dado."

En resumen, somos colecciones de moléculas, que sólo desean abandonar la promiscuidad impuesta por el epitelio. Somos miserables, interesados sólo en perdurar y tenemos el poco envidiable trabajo de procurar que no se nos note la miseria en nuestra vida cotidiana. Entrañable, ¿verdad?

martes, 12 de agosto de 2008

Vanidad de vanidades


Elizabeth Costello es un personaje creado por J. M. Coetzee. Se trata de una anciana escritora, que viaja por el mundo dando conferencias sobre su obra y sobre todo lo divino y lo humano. En una de estas charlas cuenta lo siguiente acerca del primer libro que publicó:


“Recuerdo con claridad el día que me llegó por correo un paquete con un ejemplar justificativo para la autora. Como es natural, me sentí emocionada por tenerlo en las manos, impreso y encuadernado. Era real, innegable, pero algo me inquietaba. Llamé por teléfono a mis editores. “¿Han salido ya los ejemplares para las bibliotecas?”, pregunté. Y no descansé hasta que me garantizaron que los ejemplares se iban a enviar aquella misma tarde, a Escocia, a la Bodleian Library y todo eso, pero sobre todo al Museo Británico, codo con codo con el resto de los autores de la letra C.... Si nos olvidamos de todos los ejemplares del libro que uno ha escrito que van a desaparecer, que se van a convertir en pulpa porque no van a encontrar comprador, que alguien va a abrir para leer un par de páginas y luego olvidarlo y dejarlo a un lado para siempre, que van a ser olvidados en hoteles de playas o en trenes, si nos olvidamos de todos esos ejemplares perdidos, tenemos que pensar que hay por lo menos un ejemplar que no solamente alguien va a leer, sino que lo va a cuidar, le va a dar una casa y un lugar en una estantería que va a ser suyo a perpetuidad....”

viernes, 8 de agosto de 2008

La Pitia de vacaciones

Para poner en práctica el lema del templo de Apolo en Delfos: “Conócete a ti mismo”, Montaigne se refugia en su casa decidido a pasar retirado y en paz lo que le queda de vida:

“ Parecíame que no podía hacerle mayor favor a mi espíritu que dejarlo en plena ociosidad ocuparse de sí mismo...Mas resulta, que por el contrario, como caballo desbocado , se da cien veces más trabajo por sí mismo del que se tomaba por otros; y engendra tantas quimeras y monstruos fantásticos...que para contemplar a gusto su inepcia y rareza, he empezado a ordenarlos con la esperanza de poder avergonzarlo con el tiempo”

Y a ordenar sus monstruos y quimeras dedica los Ensayos. Pero si dentro de nosotros no encontramos más que miseria y vanidad, ¿Por qué no mirar hacia fuera?

“Esta tendencia y hábito común de mirar fuera de nosotros es buena cosa. Somos un objeto lleno de desconcierto...Para no desanimarnos la naturaleza ha expulsado muy oportunamente la acción de nuestra vida hacia afuera. Vamos hacia adelante aguas abajo, más remontar hacia nosotros la corriente es penoso movimiento: enrédase y estórbase el mar cuando se ve impelido hacia sí. Mirad, dice cada cual, los movimientos del cielo, mirad lo público....mirad siempre arriba o abajo, a un lado, delante o detrás de vosotros”.

Pero desde esta posición, estamos en las antípodas del precepto délfico:

“Aquel dios de Delfos nos daba antaño la orden contraria: Mirad dentro de vosotros, reconoceos, ateneos a vosotros; volved a vosotros vuestra mente y vuestra voluntad que se consume fuera; fluís, os esparcís; apilaos, sosteneos; os traicionan, os disipan, os roban a vosotros mismos...”

lunes, 4 de agosto de 2008

Sol de mediodía, mar y palomas


A los que están otra vez tierra adentro, a muchos Kilómetros del mar, dedicamos los primeros versos del Cementerio Marino de Paul Valery :


"Ce toit tranquille, où marchent des colombes,
Entre les pins palpite, entre les tombes;
Midi le juste y compose de feux
La mer, la mer, toujours recommencée!
O récompense aprés une pensée
Qu'un long regard sur ce calm des dieux!"


"Este techo tranquilo donde andan palomas,
Entre los pinos palpita, entre las tumbas;
El Mediodía justo compone allí sus fuegos
¡La mar, la mar, por siempre renacida!
¡Qué recompensa después de un pensamiento
Extender la mirada sobre calma de dioses!"