jueves, 22 de mayo de 2008

Los bárbaros II

Acababa de devolver a la biblioteca el libro de Baricco cuando, repasando los últimos artículos de la revista digital Dosdoce, encontré uno que me interesó especialmente, titulado: Innovación en el fomento de la lectura de Javier Celaya.
Después de participar en unas Jornadas sobre Fomento a la Lectura y medios de comunicación, el autor reflexiona sobre las implicaciones que en el futuro del libro genera el desafío de Internet.
De momento las cifras son buenas, la lectura es un valor en alza, pero la industria editorial ha de tener en cuenta los nuevos canales para promocionarse.

Si los potenciales lectores utilizan las redes sociales de Internet, esos medios deberían también utilizarse para promocionar la lectura:
“¿Por qué los bibliotecarios escolares no ayudan a los chavales a crear un vídeo con los personajes de un libro con los que se puedan identificar y de esta manera atraer su atención? ¿Por qué los editores no graban el primer capítulo de sus libros en un archivo MP3 para que puedan descargárselo en la Red y compartirlo con sus colegas? ¿Por qué los libreros no fomentan las conversaciones sobre libros en blogs y redes sociales?”

Y ahora volvamos a Baricco: parece que a los bárbaros les gustan los libros, pero los entienden como receptores de energía, como fragmentos de experiencias más amplias, que no empiezan ni terminan con la lectura.

Si dentro de un libro estuviera el mundo entero, pero de forma inmóvil, sin posible comunicación con el exterior, éste sería un libro inútil. Sus instrucciones de uso deben estar en lugares que no sean únicamente libros: televisión, cine, publicidad, música, periodismo. Han de ser fragmentos de una secuencia más amplia generada en otros lugares. “El libro en sí mismo no es un valor: el valor es la secuencia”

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