Un hombre desaparece un día mientras sube por la escalera del bloque de apartamentos donde vive, desde el piso 24 al 26.
Para investigar el caso, un detective aficionado pasa varios días en el descansillo de la escalera. Deja pasar el tiempo vacío esperando que pase algo, quizás encontrar una puerta misteriosa que permita salir de ese mundo cerrado.
Pero no hay nada, la gente sube, conversa con él. No pasa nada más que lo de siempre; la vida cotidiana con sus pocas palabras.
Al cabo de veinte días el hombre aparece. No recuerda lo que le pasó. El caso se cierra, y la escalera continúa con su imagen anodina.
El cuento pertenece a la colección Sauce ciego, Mujer dormida
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